martes, 12 de enero de 2016

Voy a comenzar deseando Feliz año a todos. Comienza un nuevo curso con muchas ganas y motivación.
Voy a contar la primera visita que tuve a la escuela infantil fue una experiencia inolvidable que me sirvió de motivación para terminar el primer trimestre y comenzar el nuevo curso.

Al llegar a aquel lugar entre aquellos cabezos sentía un cosquilleo en el estómago, estaba muy nerviosa, no sabía cómo me iban a recibir los niños y al entrar y vi a los niños me emocione. Eran inmensa las ganas que tenia de ir allí, de poder disfrutar de ellos. Al llegar la profesora me presento como una seño de prácticas “la seño Ana”. Cuando me llamaban “seño Ana” era una situación desconocida para mí, la cual no estoy acostumbrada.
Lo primero que hicimos en la mañana fue sentar a los niños en asamblea y la seño Carmen comenzó a mostrar imágenes de diferentes tipos de frutas, verduras, animales etc. Mientras la seño les preguntaba ¿Esto qué es? Los niños algunos con mayor dificultad que otros respondían.
Por ultimo como quedaba poco para la llegada del recreo la seño decidió que para involucrar a mi compañera Belén y a mí que adornáramos el árbol con los niños.
Llegó la hora del recreo y salimos a jugar. Algunos comenzaron a pedirme que le cantase la canción de Pin Pon. La cante una vez y me la volvía a pedir seguidamente, luego pensé para hacer el tiempo de recreo más divertido jugar al corro de las patatas.
Al poco tiempo acabo el recreo y volvimos a clase, la seño me dijo que le diera de desayunar mientras ella cambiaba a algunos niños. Luego les di plastilina a cada uno para que hiciesen lo que quisieran. Y antes de irnos a clase la seño nos pidió que le pusiéramos los baberos y asi fue.

Llego la hora irse, las hora en la guardería no satisfacieron por completo mis ganas de estar con los niños, yo necesitaba muchas más, pero al menos sé que esta experiencia no será la única ya que pronto volveré a disfrutar de la compañía de los niños.

1 comentario:

  1. De eso se tratan estas visitas, de que el gusanillo se remueva y las ganas de dosis infantil aumente, je, je.

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